¡Novela negra y novela policíaca, cita en “Vermut”!
Vermut es una web social o plataforma digital que proporciona la posibilidad de realizar actividades lúdicas variadas con personas afines. Vermut está abierto a todas las personas de más de 55 años que desean continuar con una vida activa llena de vitalidad, energía y alegría. ¿Qué puedes hacer en Vermut? Un sinfín de actividades de la más diversa índole organizadas por los mismos asociados como la dedicada a hablar de las diferencias entre novela negra y novela policíaca o novela enigma. Para ello, nos reunimos el viernes, 24 de noviembre, en la cafetería Viena, por iniciativa de Rosa Marcos contando con la presencia de Eduardo Oller, escritor de novela policíaca y creador de la serie del detective privado Juan Ollero. ¡Lo pasamos muy bien!
¿Qué fue primero, la novela enigma o policial o la novela negra? ¿Qué diferencias hay entre ambas? Para Eduardo Oller, la novela enigma pone el acento en QUIÉN ha cometido el crimen y en cómo va avanzando la investigación para descubrir y detener al asesino, mientras que en la novela negra lo más importante es indagar el POR QUE se ha hecho lo que se ha hecho. La novela policíaca plantea un desafío intelectual al lector, un reto para tratar de resolver el enigma. La novela negra y sus diferentes variantes ha evolucionado mucho y se ha extendido por todos los países del mundo, pero lo que se mantiene inamovible es la crítica social.
“Podemos situar el nacimiento de la novela enigma en el siglo XIX, concretamente en 1841 con la publicación de “Los crímenes de la calle Morgue” de Edgar Allan Poe. Pero no fue solo cosa de autores masculinos. Aunque son menos conocidas, citaré algunas autoras contemporáneas de E. A. Poe que alcanzaron fama literaria con sus novelas de misterio e intriga. Por ejemplo, Catherine Crowe, que publicó “Las aventuras de Susan Hopley” en 1841 (el mismo año que Poe) o Catherine Louisa Pirkis que creó a Loveday Brooke, una detective profesional que recibe un sueldo por su trabajo y no está casada, ni se lo plantea. Y esto en pleno siglo XIX”, explicó Eduardo Oller.
“En cuanto a la novela negra –continuó Oller- podemos decir que nace en Estados Unidos en la década de 1920 durante los años de la Ley Seca entre 1920 y 1933, que promovió el gansterismo, el crack económico de 1929 y la Gran Depresión. El empobrecimiento de millones de personas llevó a la eclosión de la novela negra, agresiva y violenta y con un alto grado de crítica social, denuncia de la corrupción y de las injusticias. Los escritores estadounidenses más conocidos como pioneros de la novela negra son Dashiell Hammett (1894-1961) y Raymond Chandler (1888-1959). Obras remarcables del primero son Cosecha roja (1929) y El halcón maltés (1930) con el detective Sam Spade. El segundo creó al detective privado Philip Marlowe que tan bien interpretó en el cine Humphrey Bogart en las adaptaciones cinematográficas de El sueño eterno (1939) y Adiós muñeca (1940)”.
A lo largo del siglo XX y XXI tanto la novela negra como la policíaca ha dado vida a detectives e investigadores de ambos géneros. Es el caso del detective privado Juan Ollero, nacido de la pluma de Eduardo Oller, que ya ha protagonizado cinco novelas: Estruc, Las seis letras, Erside, Stacco y Dos horas. En esta última novela, nuestro detective (junto a su fiel amigo Magín y con la ayuda de la capacidad deductiva de su “yo” ficticio, John Pottery) solucionará uno de sus casos más difíciles. Con esta novela, Oller pone punto final a la trilogía que enfrentó a Juan Ollero con Samuel Hierro, alias “el caballero”, uno de sus principales enemigos.
Eduardo Oller explicó cuándo y cómo se inició el enfrentamiento de Ollero y Magín con “el caballero”. Fue en Stacco, primera parte de la trilogía, donde una joven atormentada por la muerte sospechosa de un familiar pedirá ayuda a nuestros protagonistas. Poco después, la muchacha muere y solo la capacidad deductiva de John Pottery podrá resolver el caso. La aventura continuó con Erside, una historia que arranca con una serie de atropellos con fuga acaecidos en las calles de Barcelona aparentemente inconexos, pero que acabarán revelando una sorprendente conexión entre sí.
Llegamos a Dos horas, final de la trilogía. Samuel Hierro y su cómplice, Ernesto Coradia urden un plan para mantener “distraídos” al detective Ollero y a su socio Magín, mientras ellos se ocupan de “gestionar el tiempo” con tecnología de última generación en su propio beneficio. Nada es lo que parece y lo que puede ocurrir en “dos horas” será una pieza esencial de la historia. Eduardo Oller ejerció como informático bancario durante muchos años de vida profesional y “eso ha influido en el desarrollo de mis novelas”, admitió.
En resumen, pasamos una velada muy agradable hablando de novela negra, novela policíaca y de las aventuras del detective privado Juan Ollero. Muchas gracias a Rosa Marcos y a todos los que nos acompañaron”.